La defensa de los bosques argentinos navega a bordo del barco ‘Esperanza’

La defensa de los bosques argentinos navega a bordo del barco ‘Esperanza’

EFE | Cristina Terceiro | Buenos Aires | Dic 2015

El buque Esperanza de Greenpeace navega por la costa argentina con la misión de “proteger y fomentar” la ley de bosques del país austral, para detener una alta deforestación con influencia directa en las graves inundaciones que sacudieron recientemente Brasil, Argentina y Paraguay.

Daniel Rizzotti, un argentino de 49 años con más de 20 años de labor en Greenpeace, es el capitán de este navío, el más grande de la flota que maneja la organización no gubernamental.

También es el coordinador de esta travesía con la que pretenden denunciar la situación de “emergencia forestal” que vive Argentina, con el apoyo de 19 activistas, entre marineros, ingenieros y voluntarios.

El único requisito para formar parte de esta aventura es “tener esa pequeña cuota de locura” que les lleva a “seguir conquistando logros ambientales”, siempre de forma pacífica, aseguró Rizzotti en una conversación con Efe.

Acostumbrados a dar la vuelta al globo, el hecho de que Argentina sea uno de los nueve países del mundo en que más bosques nativos se destruyen cada año les empuja ahora a recorrer la costa de sur a norte para apelar, de otra forma, a la conciencia social.

Aunque el país austral cuenta con una Ley de Bosques desde 2007, el capitán del Esperanza señala que el continuo incumplimiento de la norma, con la pasividad del anterior Gobierno argentino, permitió a los empresarios la utilización de estos terrenos de bosques nativos para explotaciones agropecuarias -soja y ganadería intensiva-.

Para Rizzotti, el Gobierno de Cristina Fernández estuvo “un poco viciado” en temáticas ambientales,

“Se han implementado una ley, existe una ley, pero el Estado no ha sido garante para que esa ley sea fuerte y los controles sean efectivos”, aclaró el capitán.

Para él, la importante pérdida de los bosques tiene relación directa con las fatales inundaciones que han sacudido Brasil, Argentina y Paraguay durante los últimos días y dejaron más de 25.000 personas evacuadas sólo en territorio argentino.

“No sólo lo dice Greenpeace, lo han dicho también otros investigadores”, remarcó.

Por ese motivo, el activista apela ahora al nuevo Gobierno de Mauricio Macri, de quien espera “una visión distinta” y más “positiva” en cuanto a medioambiente para que haga cumplir la ley y evite que continúe perdiéndose una masa forestal de la que sólo queda ya un 27 por ciento del total existente hace 25 años.

Desde el Esperanza son conscientes de que su barco está lejos de las áreas más afectadas por los desmontes, ubicadas en el norte argentino, pero creen que la campaña de puertas abiertas que realizan, conocida como “Open boats”, y efectuada en su “embajada flotante” es ahora “más importante que nunca”.

Victoria González, una voluntaria argentina, lleva dos meses a bordo del Esperanza y es una de las encargadas de explicar la gravedad de la situación forestal del país a quienes visitan el barco.

Además, muestra cómo es la vida y el funcionamiento de los tripulantes dentro del buque, así como su historia y aquellas campañas en las que ya ha participado.

González no es la única. Entre quienes viajan a bordo del “Esperanza” hay gente que decidió dar un giro radical a su forma de existir, otras que lo complementan con su actividad profesional y muchas otras historias de quienes se vuelcan por conservar un medioambiente que “es responsabilidad de todos”.

Durante las travesías, se genera mucho más que un mero vínculo de compañerismo. El grupo es para ellos una “pequeña familia” con la que celebrar sus cumpleaños, la Navidad o la entrada del nuevo año a ritmo de asados o del plato típico del país en el que se encuentren.

Todos coinciden en que se trata de una experiencia “adictiva” a la que resulta muy difícil decir que no.

Su parada, a partir de hoy, es Mar del Plata, donde recala durante tres días para, seguidamente, continuar con su labor de difusión hasta Rosario y Buenos Aires, antes de emprender rumbo a Sudáfrica para la nueva expedición de este barco que navega siempre con aires de esperanza.


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