EFE | Cristina Terceiro | Buenos Aires, 17 de jun 2018
Messi, Maradona, Kempes y otros grandes nombres del fútbol argentino comparten plantilla en una muestra que exhibe los hitos mundialistas de la Albiceleste a través de las principales colecciones privadas de cromos, camisetas y otros objetos vinculados a la participación del país en la Copa del Mundo.
‘LATE, la historia de la Selección Argentina en figuritas (cromos)’ apela a la “nostalgia” de aquellos Mundiales en los que la selección nacional alcanzó la gloria -Argentina 1978 y México 1986- o se quedó a las puertas del olimpo futbolístico -Uruguay 1930, Italia 1990 y Brasil 2014-.
Matías Bauso, comisario de la exposición, explicó a Efe que el objetivo de ‘LATE’ es “contar la historia de la selección argentina a través de los ojos de un niño”, y para ello, qué mejor que “las distintas colecciones de figuritas” que han dejado planteles mundialistas para la posteridad.
En la “acumulación”, más de 600 estampas y 30 álbumes, radica precisamente la clave de esta propuesta, “difícil de mostrar” por su diminuta escala para Bauso, que empapela estos días el recibidor del Museo de la Casa Rosada.
Queda patente la “evolución” de esas diminutas ilustraciones: “De las redonditas de cartón -de los años 60- a estos autoadhesivos, de las figuritas posadas o robadas en medio de una cancha y después dibujadas a las de ahora, muy profesionales y retocadas con Photoshop”, señaló el curador.
El material que reúne la muestra tiene otro valor agregado: fue aportado por algunos de los principales coleccionistas del país, como el ilustrador Jorge de los Ríos, responsable del diseño de los cromos de fútbol en Argentina durante la década del 60 y del 70.
Además, en el recinto se exhiben cuatro camisetas originales utilizadas en las finales mundialistas que disputó la Albiceleste, propiedad de Hernan Giralt, los muñequitos y álbumes de Guillermo Andino o la imponente colección de figuritas de Rafael Bitran a quien, desde 1962 hasta la fecha, solo le falta un cartón, Juan Carlos Piris.
Era la “figurita difícil”, esa que se imprimía mucho menos que las demás para sumar un plus de emoción al reto de completar el álbum para obtener el ansiado premio, una pelota de fútbol.
El propio nombre de la exposición es también un tributo a esas “juntadas” de la infancia para intercambiar cromos en los que “la tengo, la tengo” se transformaba en el apócope “late” para agilizar el proceso.
Las nuevas tecnologías no han logrado destronar el intercambio de cromos de la lista de juegos más populares, ya que el paso del tiempo solo hizo que los hábitos y costumbres respecto al canje de estampitas futbolísticas cambiaran.
Comprar un paquete de cromos, abrirlo, revisar las novedades, pegarlas en el álbum e intercambiar los repetidos con amigos.
Este era antes un ritual casi exclusivo de los chicos en el patio del colegio, “hoy se da en distintos tipos de edad -y género- y en un montón de lugares” que funcionan como una especie de “centros de trueque de figuritas” que cada fin de semana invaden plazas, parques y centros comerciales del país, aseveró Bauso.
Porque la pasión por el fútbol no es una moda pasajera en Argentina, que estos días registra récord de venta de televisores para seguir el Mundial de Rusia 2018, con anuncios monotemáticos en los principales canales y el minuto a minuto de Messi y los suyos acaparando buena parte de la información que brinda la prensa local.
Todo un país sueña con que su estampa más preciada, la de la Pulga, agregue una Copa del Mundo a su palmarés y, al mismo tiempo, conceda a la selección un título que se le niega desde hace 32 años.
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