EFE | Cristina Terceiro | Buenos Aires, 5 ene 2018
El periodista Rolando Barbano retrata en su último libro, “Mujeres en peligro”, algunos de los casos más crudos de la violencia machista en Argentina, y cuestiona en una entrevista con Efe el modo en que las autoridades locales afrontan un drama que “se reproduce” sin sanción ni prevención adecuadas.
“Mi idea fue contar las historias que hay detrás de las estadísticas, que son crecientes, porque cada vez hay mayores índices de violencia de género en Argentina”, explicó Barbano.
La obra arranca con un repaso escueto de los números: “154 % aumentaron las condenas por delitos sexuales en todo el país entre 2002 y 2015”, “los femicidios aumentaron un 12 % en apenas dos años” -prosigue- y en la provincia de Buenos Aires, donde se registra la mitad de los delitos de la nación, aumentó un 12 % el número de denuncias por abuso sexual en 2016.
En las siguientes 240 páginas, el escritor muestra los múltiples “matices” y “caras” de las historias que hay detrás de esas cifras.
De la crudeza de los expedientes judiciales, Barbano extrajo la esencia de cada caso para narrar de forma novelada y en detalle violaciones, crímenes machistas, pederastia, maltrato, trata, complicidad judicial o policial y negligencias estatales que a menudo se pierden en la vorágine informativa.
“Los expedientes (…) permiten llegar lo más cercano a la verdad, pero también mostrar cómo actuaron los jueces o fiscales ante los casos que les tocó tratar”, opina el autor después de largas investigaciones y entrevistas con fuentes que, en estos asuntos, “nunca son amigables”.
Barbano sostiene que la lacra de la violencia contra las mujeres “se reproduce” porque no tiene ni la sanción ni la prevención adecuada, por lo que ve necesario “un cambio de consciencia fundamental en la Justicia y en la Policía” para tratarla.
Dos “organismos muy conservadores” que son generalmente los primeros en tener contacto con las víctimas de violencia y que en muchas ocasiones se encuentran con el “machismo” de quienes las atienden y no les creen, ni les dan una solución y las envían a sus casas sin eliminar el peligro.
Y aporta ejemplos contundentes: la puesta en libertad de condenados por delitos sexuales sin certezas de que no reincidan, la victimización del asesino y criminalización de aspectos de la vida de la agraviada u otorgar beneficios penitenciarios a agresores sin tener en cuenta que el daño causado es irreparable para las personas que atacó.
Barbano, a sus 42 años, ha pasado más de 20 en la sección de policiales de una de las cabeceras de la prensa argentina, Clarín, y desde esa posición, relatando a diario los crímenes más espantosos, el periodista está convencido de que “hay una violencia creciente en la sociedad argentina”.
“La violencia de género tiene raíces sociales y culturales, no es un tema meramente criminalístico, no es un tema policial, es un tema de cómo los hombres nos paramos frente a las mujeres y (…) tiene un carga de violencia que en muchos casos se termina expresando con un delito sexual o con un delito de sangre”, explica.
Por este motivo, ve imprescindible contar esos hechos “en detalle” para evidenciar “dónde estuvo el primer escalón de la violencia” y que esto sirva a quienes la padecen para identificarlo y actuar en consecuencia, señala.
Para el periodista, “hay muchas consignas alrededor de la violencia de género” que, en ocasiones, “opacan el fenómeno real”.
Una problemática en la que Argentina no está a la cabeza en la región, pero sí es uno de los países en donde los feminicidios siguen creciendo.
Hasta el 1 de diciembre, en 2017 fueron asesinadas en Argentina 254 mujeres por el simple hecho de serlo, según la organización social Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá).
“El número de asesinatos vinculados a la violencia de género está en aumento y eso no es un número que antes se escondiera, es un número que va creciendo porque los asesinatos no tienen cifra negra, si hay más mujeres muertas es porque hubo más crímenes”, aseveró el autor.
Para el periodista también existe una mayor “toma de conciencia de las mujeres” que trae aparejada “más denuncias” y al mismo tiempo “más chances (oportunidades) de que una mujer reciba ayuda” para salir de la situación violenta que padece.
El deseo unánime, dice Barbano, es que este “Mujeres en peligro” sea el último volumen que escribe sobre esta temática, porque eso significaría que las mujeres por fin dejarían de revivir una historia que desde hace años solo cambia a sus protagonistas.
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