El cantautor Andrés Suárez asegura que su futuro artístico está en Argentina

El cantautor Andrés Suárez asegura que su futuro artístico está en Argentina

EFE | Cris Terceiro | Buenos Aires | 13 abr 2016

El cantautor español Andrés Suárez, en plena gira latinoamericana con su sexto trabajo de estudio, “Mi pequeña historia”, asegura que su futuro artístico está en Argentina, donde el arte de la palabra nunca dejó de estar de moda, explicó en una conversación con Efe en Buenos Aires.

“Yo creo que mi futuro está aquí, y lo digo en España, así que imagínate cuando vengo. Creo que el público argentino ama lo que dirían aquí la trova, la canción de autor española”, explicó este “contador de historias” cuyas canciones son sinónimo de alma y letras masticadas que calan profundo en el público hispanohablante.

Al argentino, en concreto, ha logrado conquistarlo nuevamente en la gira de “Mi pequeña historia”, un trabajo que aborda el adiós de una forma optimista y que es, al fin y al cabo, un resumen de su vida, de su carrera y de sus vivencias “como un gallego soñador que quería ser cantante y que está feliz con el resultado”.

“Soy la persona más afortunada del mundo”, admite el cantautor, consciente de que trabaja en lo que ama, que su nombre ocupó los primeros números de las listas de ventas durante semanas y que, además, ha sido protagonista de una gira austral que califica de “increíble” y “demasiado surrealista”.

Como telonero de Ana Belén y Víctor Manuel logró llegar el Teatro Gran Rex, uno de los referentes en los recitales porteños, y cautivar a un público “apasionado”.

“No he encontrado un público tan cálido como este, tan pasional, tan sumamente increíble”, recuerda emocionado, y asegura que trata de agradecerlo en cada una de sus canciones.

Un agradecimiento que profesa también a quienes “desinteresadamente, con un amor y un calor absoluto”, brindaron a este joven con 17 años de carrera musical la oportunidad de tocar con “dos maestros a los que escuchaba antes de nacer incluso”: Ana Belén y Víctor Manuel.

Para él, “la muestra más grande de humanidad y humildad” que se ha encontrado en sus 32 años de vida.

En solitario recorrió otros escenarios del país austral -en Buenos Aires, Mar del Plata, Rosario o Pergamino- con conciertos íntimos en los que se ha dado cuenta de que la palabra y el amor por la cultura, ahora nuevamente de moda para el artista, “nunca se fue en Argentina”. “En España, por desgracia, sí”, aclaró.

“Hace un tiempo que las grandes potencias tienen el ojo puesto en proyectos que vienen de fuera y que generen un beneficio mayor económicamente hablando. Pero parece que vuelve a estar en los bares el cantautor trovador, parece que vuelve la poesía de una manera muy fuerte, y eso es un alivio”, matiza.

A Suárez nadie le ha regalado nada; dio sus primeros pasos en el metro de Madrid y en el conocido barrio castizo La Latina, experiencias que forman parte de él, de su maduración y evolución tras “besar otras pieles, leer otros libros o conocer otros acentos”, y a quienes considera que todavía hoy se debe: esos bares que le abrieron las puertas a él y su querida guitarra, hace años.

“Más que una fiel compañera, (la guitarra) es la extensión de mi cuerpo. Creo que es la manera de comunicarme con el mundo. Mi timidez cuando no es escrita es sonora y eso está en mis manos, está en mi madera. Creo que es la persona que mejor confiesa mis secretos”, explica este “narrador de historias” que rehuye de la idea de ser poeta.

“Creo en la poesía más que en nada, pero no soy poeta”, ese privilegio lo deja a otros grandes artistas líricos como Joaquín Sabina, Miguel Hernández, Antonio Machado, Pablo Neruda u Oscar Wilde. Eso sí, se considera “un loco de la poesía”.

El joven cantautor, quien confiesa que es incapaz de escribir a futuro, asegura que quiere llevarse el mundo por delante y que su sueño “no tiene límites”.

“No sé lo que va a venir pero tengo claro que si puedes soñarlo, puedes hacerlo”, señaló.

Con más de 80 conciertos “absolutamente brutales” durante el último año, “Mi pequeña historia” todavía tiene mucha ruta por delante, pues llevará a Suárez a México, diversas ciudades de España y nuevamente a Argentina, antes de regresar a su casa, el Palacio de los Deportes de Madrid, donde se despedirá de los escenarios hasta un próximo disco.


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