Testimonios de la guerra de Malvinas como arma contra droga y delincuencia

Testimonios de la guerra de Malvinas como arma contra droga y delincuencia

EFE | Cris Terceiro | Buenos Aires | 9 abr 2016

La experiencia de los excombatientes en la guerra de Malvinas se ha convertido en una herramienta complementaria en centros educativos argentinos para infundir valores y luchar contra la droga y la delincuencia, sobre todo en barrios problemáticos y zonas de miseria repartidas por el país.

Mediante los testimonios de sus protagonistas, la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas intenta hacer entender a los más jóvenes la guerra que enfrentó en 1982 a Argentina y el Reino Unido por la soberanía del archipiélago austral.

La idea no es contarles “los horrores de la guerra”, sino “formarles en valores” como la solidaridad, el trabajo en equipo y “la hermandad con la que nosotros pudimos sobrellevar” ese episodio, explicó a Efe uno de los responsables de estas charlas, el excombatiente Fernando Préstamo.

Todos estos elementos les van a brindar las “oportunidades” que estos jóvenes necesitan para evitar caer en la droga o la delincuencia.

“Nosotros no necesitamos de ese mal, de esa colonización mental que tienen los chicos con la droga para tener valor, para tener amor a la patria”, dijo el exsoldado, quien espera “poder trasladar la bandera de lucha a las siguientes generaciones”.

El objetivo es que, cuando estos menores sean mayores y tengan el tema de Malvinas en sus manos, “no sólo se guíen por lo que va a estar escrito, sino que se acuerden de que hubo unos veteranos que fueran a contar la historia en persona”.

“La historia la escriben los que ganan, pero también la ganan los que escriben”, afirma otro antiguo soldado, César González, quien considera importante que “los alumnos puedan acceder a los testimonios y a la reflexión crítica de los acontecimientos”, entre otras cosas, para darse cuenta de que no se vence al enemigo destruyendo sus ejércitos.

Especialmente en una causa que a día de hoy sigue abierta y en la que Argentina y el Reino Unido “influyen en la mirada y la concepción” de esta disputa “bicentenaria”, que, a su entender, tiene relación directa con el presente y el futuro de los dos países.

Ambos excombatientes son conscientes de que, al igual que les ocurrió en la guerra, cada escuela tiene una situación diferente y, por tanto, “el escenario que se plantea” con las charlas también es distinto.

Treinta y cuatro años después de la contienda, la inocencia de los más pequeños ha dejado momentos impactantes en cada una de sus charlas y recuerdan, por ejemplo, cuando una niña de sólo 7 años les preguntó si durante la guerra habían sido felices en algún momento.

En su opinión, es “la mejor pregunta” que les hicieron sobre el conflicto, realizada además por alguien “sin preconceptos” ni “prejuicios” y que solo pensó “con el corazón” y “se puso en el lugar del otro”.

La respuesta, el recuerdo de una noche estrellada sin bombardeos frente al monte Dos Hermanas, que convive con los momentos de angustia y tristeza.

“Ustedes no perdieron la guerra, se ganaron el corazón del pueblo latinoamericano”, fue la frase de otro pequeño que todavía emociona a quienes vivieron en primera persona el drama de Malvinas.

La última de sus charlas tuvo lugar en la escuela “Hermanos Latinoamericanos” de Villa Lugano, al este de Buenos Aires, integrada mayoritariamente por hijos de emigrantes paraguayos y bolivianos.

La directora del centro, Rosana Ursino, aseguró a Efe que esta conferencia es otra vía para decirles a estos niños que ellos “pueden” y “tienen las mismas posibilidades” que cualquier otro chico.

Una experiencia que ayuda a que los jóvenes se expresen y se suelten con este tema y que tomen conciencia de que “pueden”, a pesar de su situación económica.

“Se piensa que porque una escuela está en la villa tiene que estar relegada y que son vulnerables”, pero el personal del centro afirma que, precisamente, su labor es intentar que los pequeños estén la mayor parte del tiempo ocupados en actividades que les alejen de la calle.

Los buenos resultados de esta estrategia educativa se ven cuando los alumnos que han pasado de nivel educativo regresan al colegio y demuestran su evolución.

“Eso gratifica”, concluye la maestra.


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